domingo, 12 de noviembre de 2017

Misión de la CEBs con las 3 'P' del papa Francisco

LAS  TRES  ‘ P ’  DEL  PAPA  EN  BOLONIA :  
“ PALABRA,  PAN  Y  POBRES ”… PERO,  “ EN  COMUNIDAD ”.

Encuentro Nacional de CEBs, Nueva Loja. PR, octubre de 2017.


            Bien pueden ser para nuestras CEBs los compromisos a llevar adelante: “Palabra, pan y pobres… pero en comunidad”. Así fueron las palabras del papa: "Tres puntos de referencia: las tres P:
-          El primero es la Palabra, que es la brújula para caminar.
-          La segunda ’P’ es el Pan eucarístico, donde todo comienza. La Iglesia nace y vive en torno a la eucaristía.
-          La tercera ‘P’ son los Pobres. De la eucaristía a los pobres vamos a encontrar a Jesús.
La palabra, el pan y los pobres: Que no olvidemos jamás estos alimentos básicos, que sostienen nuestro camino".

A. ‘LA PALABRA ES LA BRÚJULA PARA CAMINAR’… pero ‘en comunidad’.
Varias ‘Palabras’ tenemos a nuestra disposición para orientarnos en el camino del Reino.

1.      Está la Palabra de Dios
-          Es la que primero nos hizo despertar. ¡Cuántas veces hemos hecho esta experiencia! “Antes éramos ciegos, sordos y mudos. Con la Palabra de Dios hemos aprendido a ver, escuchar y hablar”.
-          Esta Palabra de Dios hay que leerla individual y colectivamente: escucharla, meditarla, compartirla, ponerla en práctica.

2.      Está la Palabra del Magisterio
-          El magisterio es la palabra de nuestra jerarquía, ayer y hoy, aquí en América Latina y allá en Roma. Pensemos en el Concilio Vaticano 2° (Roma, 1962-65) y su mayor documento pastoral: “Alegría y Esperanzas”.
-          En sus reuniones latinoamericanas (Medellín, Colombia, 1968; Puebla, México, 1979; Santo Domingo, República Dominicana, 1992 y Aparecida, Brasil, 2007), nuestros obispos nos confirmaron el camino de las CEBs y de la Iglesia de los pobres.
-          Actualmente el papa Francisco, “venido (a Roma) de los confines de la tierra”, es decir, de nuestro continente, es nuestra voz y nuestra brújula.

3.      Está la Palabra de los Profetas de hoy
-          Tenemos los grandes profetas de América Latina. Nombremos a los obispos Helder Cámara de Brasil, Oscar Romero de El Salvador, Leonidas Proaño de Ecuador…
-          Tenemos también a los grandes teólogos de la liberación: Gustavo Gutiérrez de Perú, José Comblin y Leonardo Boff de Brasil… que nos acompañaron a lo largo de estos 50 años. En nuestros distintos países nuevos teólogos retoman la posta.
-          Por nuestros bautismo todos somos ‘profetas’ y nuestras CEBs son unas profecías vivientes, ‘cartas vivas’, como lo escribió san Pablo.
Conclusión: Juntos, en Comunidades, como Iglesia no nos podemos equivocar.

B. EL PAN COMPARTIDO ES NUESTRO ALIMENTO… pero ‘en comunidad’.
Muchos panes tenemos que compartir para alimentarnos y no desmayar en el camino del Reino. Los primeros cristianos llamaban la Eucaristía ‘fracción del pan’ y la realizaban en las casas.

1.      Está el pan de la mesa
-          ‘Danos hoy nuestro pan de cada día’: es la petición del Padrenuestro para que nos preocupemos que todas y todos tengamos pan, pan material para saciar el hambre. Por eso la petición del Padrenuestro es una petición comunitaria para un compromiso colectivo.
-          “Lo importante no es tanto saber de dónde viene el hombre, sino de dónde viene el hambre”… El compartir del pan y de los bienes fue el gran signo de las primeras comunidades cristianas.

2.      Está el pan de la amistad
-          En definitiva el pan compartido es el gran símbolo de la amistad. “No les llama servidores sino amigos porque les di a conocer todo lo que me enseño mi Padre”.
-          “Sin amigos no se puede vivir”. Tenemos amistades en la medida de nuestro compartir. “Con ese maldito dinero háganse amigos” ¿Es cierta para nosotros esta palabra de Jesús?
Conclusión: El pan compartido es el signo de los seguidores de Jesús, pero ‘en comunidades’, es decir, un compartir organizado.

3.      Está el pan Eucarístico

a)      El pan eucarístico es el cuerpo de Cristo
-          ‘Eucaristía’ quiere decir ‘acción de gracias’. En la Eucaristía damos gracias por haber sido Jesús el pan entregado en solidaridad extrema con los pobres.
-          “El Evangelio es el libro donde mucho se come”: las comidas son las ‘Buenas Noticias’ de Jesús, venido para unirnos, reunirnos, alimentarnos, fraternizar sin fronteras.
-          "Si compartimos el pan del cielo, ¿cómo no vamos a compartir el pan de la tierra?" La misa no se entiende sin el compartir material y amistoso en la vida cotidiana.

b)      ¿Y la adoración del Santísimo?
-          Es la devoción a la eucaristía para fortalecer nuestra comunión con Jesús y nuestro compartir fraterno. Los dos van siempre juntos. La vida se hace pan consagrado y el pan consagrado se hace solidaridad eficaz: no se los puede separar.
-          Es fácil hincarnos delante del cuerpo de Jesús expuesto en el altar… pero somos unos hipócritas si no sabemos hincarnos delante de los pobres y necesitados para hacernos sus servidores: ellos son el mismo ‘cuerpo’ de Jesús vivo entre nosotros. Es decir, somos servidores del pan compartido en el altar y en la calle, que quita el hambre de pan, de amistad y de Dios.

c)      El pan eucarístico es la celebración del Reino…
-          La misa o Eucaristía no es primero una devoción personal ni individual ni espiritual, sino la celebración colectiva y la consagración de la fraternidad alcanzada, o sea, del Reino.
-          La misa es la celebración del Reino que construimos personalmente y en comunidades. El Reino se construye en el día a día y se materializa en el pan eucarístico de la misa. La misa se nutre del Reino y el Reino se nutre de la misa.
Conclusión: El pan eucarístico nos convoca tanto en las iglesias como en los caminos de la vida para reconocer a Jesús vivo entre nosotros. Su presencia es a la vez individual en el altar y colectiva y la vida cotidiana.

C. LOS POBRES SON EL CUERPO DE JESÚS
“Vengan, ¡bendecidos por mi Padre!, porque tuve hambre y me dieron de comer, tenía sed y me dieron de beber, era desnudo y me vistieron, enfermo y me visitaron, encarcelado y me vinieron a ver”. Según las palabras del mismo Jesús, los pobres son su cuerpo sufriente y liberador.

1.      Los pobres son el cuerpo sufriente de Jesús
-          Los pobres somos los que compartimos la Palabra, el Pan y la Solidaridad con los pobres.
-          “La globalización hace emerger, en nuestros pueblos, nuevos rostros de pobres. Con especial atención y en continuidad con las Conferencias Generales anteriores, fijamos nuestra mirada en los rostros de los nuevos excluidos” (Aparecida 402).La situación de extrema pobreza generalizada, adquiere en la vida real rostros muy concretos en los que deberíamos reconocer los rasgos sufrientes de Cristo, el Señor, que nos cuestiona e interpela” (Puebla 31).
-          Decía san Pablo: “Completo en mi carne la pasión de Jesús”. Jesús continúa de sufrir y morir hoy en la pasión y la muerte de los pobres.
-          “Bajar a los pobres de la cruz”. La tarea, ayer en el cerro del Gólgota en Jerusalén, de José de Arimatea de bajar a Jesús de la cruz es hoy nuestra tarea: Tenemos que bajar a los pobres de la cruz, cuerpo actual de Jesús, para que, a imagen de Jesús ayer, estos pobres puedan resucitar.

2.      Los pobres son el cuerpo liberador de Jesús
-          El siervo sufriente del profeta Isaías (52,13-53,12) son por una parte, anteayer, el pueblo sufrido del exilio en Babilonia y, por otra, ayer, el mismo Jesús. Hoy los pobres son el cuerpo de Jesús, este mismo servido sufriente del profeta Isaías.
-          Pero notemos que para Isaías, este servidor sufriente es liberador ayer y hoy: “El Justo, mi servidor, hará una multitud de justos” (53,11). Jesús continúa hoy su tarea liberación y salvación a través de los pobres, a través de nosotros: somos el cuerpo liberador y resucitado de Jesús.

CONCLUSIÓN: El Reino es de los pobres… pero ‘en comunidad’.
-          Las CEBs somos este cuerpo sufriente, liberador y resucitado de Jesús: "La Iglesia es de todos y especialmente de los pobres". Las CEBs somos esta Iglesia de los Pobres.
-          De estos pobres es el Reino de Dios: “¡Felices los pobres (como escribió Lucas)! ¡Felices los que tienen el espíritu de los pobres (como escribió Mateo)! Porque de ustedes es el Reino de Dios”.
-          Acaba de decir el papa Francisco a la organización católica ‘Cáritas’: "Los pobres, los mendigos, son los protagonistas de la Historia, preparan la revolución de la bondad". Los pobres nos salvan si les ayudamos a dejar de ser pobres, hambrientos, sedientos, desnudos, enfermos y encarcelados.

-          Entremos en comunidades en esta triple dinámica de compartir la Palabra, el Pan y la Solidaridad con los Pobres. Eso es nuestra misión y nuestra salvación. Eso es el Reino, “lo único absoluto” (papa Pablo 6°, 1975).

No hay comentarios:

Publicar un comentario