domingo, 4 de marzo de 2012

CEBs y Construcción de la IGLESIA DE LOS POBRES

L A S   C E B s   A C T U A L I Z A N   L A   I G L E S I A 
DE  LAS  PRIMERAS  COMUNIDADES  CRISTIANAS














ÍNDICE

Introducción

1ª parte: El ambiente socio político en tiempos de las primeras comunidades cristianas.

1.      Realidad de Palestina

2.      La propuesta de Jesús es el Reino

3.      Los pasos de la Iglesia primitiva

2ª parte: Las primeras comunidades cristianas, fuente de nuestra renovación. Trabajos de grupos.

    dinámica: En contacto con las primeras comunidades

dinámica: Conocer los equipos misioneros

dinámica: Los ministerios de las primeras comunidades

Comentarios

3ª parte: Los ministerios en la Iglesia primitiva (José M. Castillo, resumen PR).

1.      Estructura y organización de la Iglesia Primitiva

2.      Del servicio a la sacralización

3.      Evolución histórica posterior

4.      La cuestión ecuménica

4ª parte: Orientaciones para nuestras CEBs.

1.      Realidad de las CEBs del Ecuador

2.      La tradición de las CEBs anterior a Santo Domingo

3.      Reflexión sobre el futuro de las CEBs



Guano, parroquial central. Marzo de 2006. PR.

 I N T R O D U C C I Ó N.





Objetivo: El conocimiento del pasado es como una ventana y un espejo.

-          Es una ventana que nos permite mirar nuestros orígenes.

-          Es un espejo que nos permite evaluarnos hoy.



Mensaje: ‘Había una pequeña ciudad, con pocos habitantes. Se presentó un rey y le puso sitio con parapetos y trincheras. En la ciudad, sin embargo, había un hombre muy vivo, un hombre muy ordinario, y gracias a su sabiduría la ciudad se salvó. Pero como era un hombre muy ordinario, nadie pensó más en él. Entonces dije: ´La sabiduría supera a las hazañas, pero cuando se trata de los pobres, se desprecia su sabiduría: pueden hablar, pero no los escuchan´.’ Eclesiastés 9,13.



                De los emperadores famosos y de reyes le quedaron estatuas, templos, monedas, pinturas… De Jesús quedaron las Comunidades de sus seguidores. Hoy, las Comunidades Eclesiales de Bases (CEBs) somos las cartas vivas de la presencia de Jesús (2 Corintios 3,3).

-          Acercarse a las Comunidades es acercarse al gran río de nuestro nacimiento.

-          Es conocer la palabra y el testimonio de Jesús mediante la vida comunitaria, el servicio mutuo y la misión sin frontera.

-          Es abrir el álbum de fotos de nuestros orígenes, con personas y comunidades, ejemplos y opciones que son nuestras raíces y nuestra identidad.

-          Es encontrarse con la periferia de la sociedad y la oposición al sistema vigente, donde los actores y los mártires son la muestra viva del Reino.



                Las primeras Comunidades tienen los criterios normativos – que no cambian - para las Iglesias de todos los tiempos. No son modelos fijos y perfectos – que sí cambian –, porque el Espíritu suscita en cada cultura y en cada tiempo las expresiones más adecuadas de seguir a Jesús y a su Espíritu. Los modelos eclesiales que no quieren adaptarse a los nuevos tiempos son como un monumento con un avión: Se mueve la hélice, pero no el avión porque está amarrado a su columna. Ya no sirve.







Primera  parte :  EL  AMBIENTE  SOCIO - POLÍTICO 
EN  TIEMPOS  DE  LAS  PRIMERAS  COMUNIDADES





A. EL IMPERIO ROMANO SE MANTENÍA POR LA ESCLAVITUD Y LOS IMPUESTOS



El imperio tendría 50 millones de habitantes, Roma millón y medio, Palestina medio millón, Jerusalén cien mil. Logró abarcar un inmenso territorio que iba de España al oeste hasta Persa al este y de Inglaterra al norte hasta el Sahara al sur.

El imperio vivía del trabajo esclavo. Había los ‘ciudadanos romanos’, libres, y ‘los esclavos’, la gran mayoría. Ciudadanos romanos eran las autoridades, los grandes comerciantes, los responsables del culto al emperador y sus divinidades, y ciertos extranjeros buenos servidores del imperio. El poder y de la riqueza se sustentaban en el trabajo manual de los esclavos y los grandes impuestos cobrados a los países conquistados. Esto era posible mediante la ocupación y el control militar mediante. Eso era la famosa ‘paz romana’. De allí la importancia de grandes ‘vías romanas’ que cruzaban todo el imperio para facilitar en Roma la dominación, el comercio y la llegada del dinero.



B. LA REALIDAD DE PALESTINA



1.    La religión lo organizaba todo

̵            El pueblo de Jesús tenía fe en un único Dios, llamado Yahvé, sin compañera femenina.

̵            El templo de Jerusalén era el centro no sólo de lo religioso, sino también de lo económico, judicial y político. Toda la actividad individual y las estructuras sociales obedecían a un esquema religioso. La circuncisión era el signo corporal de la pertenencia al pueblo judío. La máxima autoridad, bajo el dominio romano, era ‘el sanedrín’ o consejo de ancianos, con el sumo sacerdote, las autoridades religiosas y las personas pudientes.

̵            El pueblo judío se consideraba escogido por Dios con el compromiso de obedecer la alianza hecha con él y materializada en los 10 mandamientos. Los demás pueblos eran excluidos y no se podía mezclar con ellos.

̵            Se esperaba un Mesías, rey como David, sacerdote como Aarón, liberador como Moisés, profeta como Elías y trascendente como ‘Hijo de Hombre’. Su misión era purificar a Jerusalén y excluir a los pecadores y los paganos (Juan Bautista).

̵            En los poblados, las sinagogas, con su reunión semanal, eran el lugar de oración, de conocimiento de la Palabra de Dios, de encuentro para la educación, la organización social y la resolución de los conflictos. Un consejo de ancianos, varones de prestigio y poder económico, dirigía la sinagoga, con sacerdotes, escribas y maestros de la Ley. La mujer era marginada de todo por se considerada inferior al varón.



2.    Las rebeliones constantes de los movimientos populares

-          En tiempos de Jesús existían muchos movimientos populares de signo religioso para sacudir el yugo tanto de los romanos como de las autoridades judías que mantenían al pueblo en la explotación, la represión y la miseria. Sus sublevaciones masivas fueron destruidas en la sangre por el ejército romano.

-          Una sublevación nacional en el año 69, provoca una nueva invasión de las legiones romanas, la destrucción de sus ciudades y su capital Jerusalén y la dispersión de sus habitantes. Desapareció Palestina como país. Esta situación confirma la separación entre judíos y cristianos. Los judíos se reunifican en un poblado costero, Jamna, y los cristianos se reúnen en las ciudades de los demás países del imperio donde había Comunidades cristianas.



3.    El Movimiento de Jesús o los ‘Discípulos del Camino’

-          Los discípulos se reúnen en las casas para hacer memoria de Jesús. El grupo de Los Doce tiene un papel organizativo de la Comunidad cristiana. El Espíritu tiene un papel protagónico. Se cree en la vuelta inminente de Jesús para instaurar personalmente el Reinado de Dios.

-          La vida de la comunidad es comunión, compartir, celebración y misión. Santiago es el coordinador de la Comunidad de Jerusalén.

-          Se dan misiones en Galilea y ciudades aledañas de Palestina, que, primera novedad con Pedro, incluye a la Comunidad romanos y extranjeros.

-          Empiezan a participar de esta primera comunidad tanto judíos de Palestina y de otras regiones, como extranjeros romanos y de diversos países (Roma, Grecia, Siria, Grecia…).

-          Se dan conflictos internos – desacuerdo sobre la integración de los no-judíos - y conflictos externos – con los judíos fieles a la religión del templo y las sinagogas (¡más de 100 aparecen en el libro de los Hechos!).

-          Estos conflictos crean dispersión y reunión de cristianos en 2 ciudades de países vecinos: Alejandría de Egipto al sur y Antioquia de Siria al norte.

-          En Antioquia, Bernabé hace de puente con la Iglesia de Jerusalén y Pablo es el asesor bíblico. Desde Antioquia se dan misiones comunitarias a otros lugares. Pablo es el líder siempre con un equipo misionero. Se dan muchas conversiones de extranjeros sin que se les obligue a seguir las leyes judías.

-          Esta nueva situación provoca las críticas de la Comunidad de Jerusalén. Para definir la situación de los extranjeros convertidos, se da una reunión general, el primer Concilio de Jerusalén, que confirma la apertura a los extranjeros sin exigirles el cumplimiento de las tradiciones religiosas judías. Esta decisión necesitará muchos años para hacerse realidad, pero la orientación está confirmada.

-          Pedro se dedicó más a los cristianos de origen judío y Pablo a los de origen extranjero. Los 2 son los pilares de la Iglesia de Jesús.



C. LA PROPUESTA DE JESÚS ES EL REINO

                Está claro que Jesús no dejó ningún modelo de Iglesia. El vino para el establecimiento del Reino. La Iglesia comenzó sin Jesús, sin manual, sin dinero, sin templo ni edificios. Nació de la necesidad de organizarse en Comunidades para realizar la propuesta de Jesús.



  1. Jesús nos dejó criterios y valores

        La tarea de Jesús fue crear un ‘Movimiento’ que abarque toda la vida: tanto la vida personal como la organización socio-política y económica. Para él eran indispensables ciertos criterios y valores para el desarrollo de su Movimiento: la dimensión comunitaria a imagen de la Trinidad, el contacto personal porque toda la humanidad es una sola familia, las relaciones de amistad y de perdón, la participación de cada uno según sus talentos, el protagonismo de los pobres como sujetos de su propio crecimiento, los medios pobres para que todos pueden involucrarse, el trabajo en equipo…



2.    Jesús dejó claros ciertos ‘NO’ y ciertos ‘SÍ’, como:

-          No al poder como dominación, y sí al poder como servicio.

-          No a los discursos vacíos y sí a la sabiduría de la cruz.

-          No a los milagros y sí al valor de lo pequeño y cotidiano.

-          No al cambio sólo individual y espiritual y sí al cambio personal y estructural.

-          No a la Iglesia como meta exclusiva y sí al Reino como único absoluto.

-          No a las masas sin rumbo y sí a un pueblo organizado, conciente, fraternal y solidario.

-          No a la vida sectaria y sí a la apertura y la misión universal.

-          No a los templos llenos y a las liturgias vacías y sí a la pequeñas comunidades y a la celebración de la vida…



D. LOS PASOS DE LA IGLESIAS PRIMITIVAS

                Al no dejar Jesús un modelo de organización eclesial, sino sólo el don del Espíritu, sus discípulos inventaron modelos comunitarios para continuar la tarea del Reino. Llamaron a estas comunidades de seguidores de Jesús: Iglesias. De ahí venimos nosotros. Veamos los pasos que siguieron los primeros cristianos.



1.    El miedo, pero sin marcha atrás. Después de la ascensión: ¿Qué vamos a hacer? La respuesta fue ‘reunirnos y mantenernos unidos por el Reino’.



2.    La primera comunidad.  Formaron una Comunidad estable para recordar los dichos y hechos de Jesús, rezar, vivir la igualdad y predicar el mensaje de Jesús. Por esta razón, Jerusalén es la Iglesia-madre.



3.    Conflictos y persecuciones. Pablo fue el perseguidor que se hizo discípulo. Los conflictos no podían faltar, tanto internos como externos. Discrepancias entre los discípulos y persecuciones por parte de los judíos – Pablo era el más agresivo -  permitieron la separación y creación de nuevas maneras de seguir a Jesús en Comunidad.



4.    La novedad del Camino. El modelo eclesial alternativo fue la comunidad de Antioquia de Siria que acogió a judíos y no-judíos. La predicación del mensaje de Jesús se volvió misión sin frontera. Sin esta iniciativa, el Movimiento de Jesús se hubiera vuelto una secta y pronto hubiera desaparecido



3.    La fuerza renovadora de las misiones. Gracias a las misiones, aparecieron muchos modelos de Iglesias. Cada Comunidad tenía un rostro diferente de Iglesia. El desafío era la comunión en la diversidad.

a).   La primera misión desde Jerusalén comenzó en Galilea, desde los últimos.

b).   Desde Antioquia de Siria, los equipos misioneros salieron por todos lados, hasta África, España e India.



4.    Veamos unas de esas características eclesiales

-          En Jerusalén, se busca armonizar la novedad de Jesús en continuidad con las tradiciones judías.

-          En Siria, los convertidos descubren que el Camino de Jesús prescinde de las prescripciones judías.

-          En Chipre, los cristianos dan de su propia pobreza.

-          En Filipos, se nota el protagonismo de las mujeres en los ministerios.

-          En Tesalónica, es el testimonio de la fe desinteresada.

-          En Atenas, los estudiados se resisten, pero la locura de la cruz se abre camino.

-          En Corinto, son mayoritariamente los pobres los que se convierten.

-          En Efeso, surge de un nuevo modelo eclesial, con un equipo de presbíteros responsable de las Comunidades.

-          En África, la Comunidad es misionera.

-          En Persa, cerca de India, llega también el mensaje de Jesús.

-          En Roma, el corazón del imperio, se establecen la cabeza de las Iglesias.

-          En España, se llega hasta los confines del mundo conocido…



5.    Los criterios fundamentales para los primeros cristianos fueron los siguientes

-          Jesús resucitado es la referencia absoluta.

-          El Espíritu es el alma de las Iglesias.

-          La Iglesia comenzó desde las casas y la comida compartida.

-          Las Comunidades son comunión entre sus miembros y misericordia con los pobres

-          Las decisiones y la superación de los conflictos se alcanzan en común.

-          Toda la Iglesia es misionera.






  parte :  LA  REALIDAD  DE  LAS  PRIMERAS  COMUNIDADES  CRISTIANAS
Características. Equipos misioneros. Ministerios





Objetivo: Buscamos logras 3 propósitos:

  1. Acercarnos a la realidad de las primeras Comunidades cristianas para conocerlas mejor,
  2. Compartir sus múltiples características y
  3. Enriquecernos, como CEBs, de sus ejemplos y su vitalidad.





A. PRIMERA DINÁMICA: En contacto con las primeras comunidades



1. Meta: La reunión de grupos es para:

-          Conocer la Comunidad señalada,

-          Identificar sus principales características y sacar mensajes para nuestras Comunidades, y

-          Comunicarlo a la Asamblea, mediante un símbolo que represente a esa Comunidad y una presentación creativa (socio-drama, papelógrafo, canto, carta, poema, dibujo…).



2. Lecturas correspondientes a las diferentes Comunidades.

  1. Jerusalén: Hechos 2,42-47; 4,32-35; 6,1-8 y 8,26-40.
  2. Cesarea de Palestina: Hechos 8,40; 10,1-48; 11,1-18 y 21,8-15 (otros textos: Cap. 23-26; 27,1-2).
  3. Antioquia de Siria: Hechos 11,19-30; 13,1-3; 14,26-28 y 15,1-2 y 36-39.
  4. Galicia de Asia Menor: Hechos 13,13-52; 14,1-25 y Gálatas 2,7-14.
  5. Efeso de Asia Menor: Hechos 19,1-41; Efesios 4,1-31.
  6. Filipos de Grecia: Hechos 6,19-40. Filipenses 1,11 y 27-30; 4,14-20.
  7. Tesalónica de Grecia: Hechos 17,1-8 y 1 Tesalonicenses 1,1-10 y 2,1-16.
  8. Atenas de Grecia: Hechos 17,16-34.
  9. Corinto de Grecia: Hechos 18,1-28 y 1 Corintios 1,10-31.
  10. Roma de Italia: Hechos 28,17-31 y Romanos 16,1-23.



3. Guía de reunión para todos los grupos



Primer paso: Conocimiento de las primeras Comunidades

  1. Leer los textos propuestos.
  2. ¿Qué hemos aprendido de esta Comunidad?
  3. ¿Qué lección o mensaje sacamos para nuestras CEBs?



Segundo paso: Puntos importantes a comunicar

  1. ¿Qué vamos a comunicar a la Asamblea?
  2. ¿Cómo vamos a comunicar a la Asamblea

-          Lo que hemos descubierto de esta Comunidad y

-          Las lecciones que hemos sacado para nosotros y nuestras CEBs?



Tercer paso: Medios para comunicar nuestros aportes

1.       ¿Cuáles el símbolo que más representa a esta Comunidad?

2.       ¿De qué maneras vamos a transmitir nuestros aportes

-      Sobre esta Comunidad y

-      Para nosotros y nuestras Comunidades?



4. Comentarios: Ver más adelante.





B. SEGUNDA DINÁMICA: Conocer los Equipos misioneros de las primeras Comunidades cristianas



1. Meta: La reunión de grupos es para:

-          Conocer los equipos misioneros de las Iglesias primitivas,

-          Identificar sus principales características y sacar mensajes para nuestras Comunidades, y

-          Comunicarlo a la Asamblea, mediante un símbolo que represente a esa Comunidad y una presentación creativa (socio-drama, papelógrafo, canto, carta, poema, dibujo…).




2. Los diversos equipos misioneros de las Iglesias primitivas



Los equipos misioneros ligados a la Comunidad de Jerusalén



a).   Los más relevantes

-          Simón Pedro: Marcos 1,16-17; 8,29-33. Mateo 16,17-19. Marcos 14,26-31 y 37-40 y 66-72. Mateo 26,75. Lucas 22,31-32. Hechos 10,34-43.

-          Juan apóstol: Juan 1,35-39.Gálatas 2,9. Hechos 1,13-14; 3,1-11; 4,13-14 y 19-21 y 8,14-25.

-          Santiago, ‘hermano’ o pariente de Jesús: Marcos 6,3. Gálatas 1,19 y 2,1-10 y 13.

-          José Bernabé, levita de Chipre: Hechos 4,36-37; 9,27; 11,21-30, 42-43; 13,1-3, 8-13, 50-52; 14,20-23. Gálatas 2,7-8,13-14. 2 Timoteo 1,11-15. 1 Corintios 9,5.

-          Juan Marcos, el 2º evangelista: Marcos 14,51; Hechos 12,12. Colosenses 4,10. Hechos 12,25; 13,5-13; 13,13; 15,37; Filemón 24. 1 Timoteo 4,11. 1 Pedro 5,13.

-          Silas, judío y ciudadano romano: Hechos 16,27-28; 15,34-41; 16,1-10; 17,4,10-15; 18,5. 1 Tesalonicenses 1,1 y 2 Tesalonicenses 1,1. 2 Corintios 1,19. 1 Pedro 5,12.

b).   Otros miembros

-          Matías, que sustituye a Judas Iscariote: Hechos 1,23-26.

-          Estevan, el griego: Hechos 6,5-17 y 7,1-2,48-60.

-          Felipe, el diácono: 6,1-7;8,5,15-25; 21,9.

-          María Magdalena: Lucas 8,2.

-          Agabo, el profeta: Hechos 11,28.

-          Judas, compañero de Silas: Hechos 15,22-32. Colosenses 4,11.

-          Cleofás, discípulos de Emaús: Lucas 22,18.

-          José Barsabás, el justo: Hechos 1,23.

-          Nicodemo, el fariseo: Juan 3,1-21; 7,50 y 19,39.

-          José de Arimatea, personaje rico y honrado: Mateo 26,57; 27,30. Marcos 15,42-46; Lucas 23,50-51.

-          Tabita, la revivida por Pedro: Hechos 9,42-46.

-          Simón, el curtidor: Hechos 10,6 y 23-24.

-          Cornelio, militar romano de Cesarea: Hechos 10.

-          El Etíope, funcionario de la reina Candace: Hechos 8,26ss.

-          Eneas de Lida: Hechos 9.33-34.

-          Rodesa, de Jerusalén: Hechos 12,13.

-          Ananías y Safira, los interesados: Hechos 5,1-11.



Los equipos misioneros ligados al ministerio de Pablo



Primer círculo: Los más íntimos para Pablo

-          Timoteo, griego de Galacia: Hechos 13,23; 14,6-20; 16,1-3; 17,14-15; 19,22; 20,3-4. 1 Timoteo 1,2. 1 Tesalonicenses 2,6 y 3,2. Gálatas 2,3. 1 Corintios 4,17 y 16,10-13. Romanos 16,21. Filipenses 1,1 y 2,20-22. Colosenses 1,1, 1 Timoteo 1,3 y 2,6ss; 2 Timoteo 4,9-13 y Filemón 1.

-          Áquila y Priscila, la pareja romana (siendo la mujer nombrada primera): Hechos 18,2-3,18-19 y 26; 1 Corintios 16,19. Romanos 16,3-5,19. 2 Timoteo 4,19.

-          Tito, de Siria: Gálatas 2,3. 2 Corintios 2,4,13; 7,6-16; 8,6;12,16-18. 2 Timoteo 4,2. Tito 1,5.

Segundo círculo: Los nombrados por Pablo en sus cartas, de los que enumeramos sólo a unos pocos.

Ananías de Damasco: Hechos 9,10-19 y 22,12-16. Lucas, el tercer evangelista y autor de los Hechos: Colosenses 4,11-14. 2 Timoteo 4,11. Hechos 10,16-17; 11,1-18 y 20,5-21. 2 Corintios 8,18 y 12,18. Onésimo y Filemón: Colosenses 4,9. Carta a Filemón. Apolo, el predicador: Hechos 18,24-25,28. 1 Corintios 1,1-12; 3,6 y 16,12. Tito 3,13. Febe, diaconiza de Roma: Romanos 16,1. María: Romanos 16,6. 1 Corintios 4,14; 15,10 y 16,16. Gálatas 4,11. Filipenses 2,16. 1 Tesalonicenses 5,12.

Tercer círculo: Los representantes de las Iglesias fundadas por Pablo.

Épafras: Colosenses 1,7 y 4,12. Filemón 23. Epafrodito: Filipenses 2,25-30 y 4,18. Ninfas: Colosenses 4,15. Lidia: Hechos 16,4-40. Segundo: Hechos 20,4. Aristarco: Hechos 19,20 y 27,1. Colosenses 4,10. Filemón 24. Sópatros: Hechos 20,4 y Romanos 16,21. Gayo: Hechos 18,7 y 20,4. 1 Corintios 1,14. Romanos 16,23. Trófimo: Hechos 20,4; 21,27-30. 2 Timoteo 4,20. Tíquico: Hechos 20,4. Efesios 6,21.Colosenses 4,7-9. 2 Timoteo 4,12. Tito 3,12. Estéfanas, Acaico y Fortunato: 1 Corintios 1,16-17 y 7,1.



2. Método para la reunión de grupos



Primer paso: Se elige a las personas que se va a conocer más ampliamente.

Segundo paso

  1. Se lee los textos correspondientes a la persona elegida.
  2. Se anota lo que logramos saber de esta persona.
  3. Se saca unos mensajes para nosotros y nuestras comunidades.

Tercer paso

  1. Se busca un símbolo expresivo de la persona.
  2. Se presente lo más relevante de la persona, de manera creativa (socio-drama, papelógrafo, canto, carta, poema, dibujo…).



3. Comentarios: Ver más adelante.





C. TERCERA DINÁMICA: Los Ministerios de las primeras Comunidades cristianas



  1.  La reunión de grupos es para:

-          Conocer los ministerios de la Primeras Comunidades.

-          Saber cómo eran elegidos.

-          Relacionar con la actualidad.



  1. Método para la reunión de grupos



Primer paso: Se elige a las personas que se va a conocer más ampliamente.

Segundo paso

  1. Se lee los textos correspondientes a la persona elegida.
  2. Se anota lo que logramos saber de esta persona.
  3. Se saca unos mensajes para nosotros y nuestras comunidades.

Tercer paso

  1. Se busca un símbolo expresivo de la persona.
  2. Se presente lo más relevante de la persona, de manera creativa (socio-drama, papelógrafo, canto, carta, poema, dibujo…).



3. Comentarios: Ver más adelante.





D. COMENTARIOS SOBRE LAS DINÁMICAS: Características. Equipos misioneros. Ministerios



Mensaje: Construir en el desierto, porque hay que inventar la Iglesia de hoy con las intuiciones ejemplares de las Primeras Comunidades.



CONTENIDO

1.    Lo original de las 1ª Comunidades cristianas

-      Mística y conflictos internos

-      La lista de los libros inspirados o ‘canon’

-      Rasgos de las 1ª comunidades cristianas

2.    Los modelos de Iglesias

-      Modelo de itinerancia-conversión

-      Modelo de visibilidad institucional

-      Modelo de multiculturalidad

-      Modelo de cuerpo-familia-pueblo

-      Modelo martirial

-      Modelo de contemplación-espiritualidad

-      Modelo de… Vaticano 2º

3.    Hoy: Construir en el desierto sabiendo que las arenas blancas esconden la semilla del mañana.






 parte :  LOS  MINISTERIOS  EN  LA  IGLESIA  PRIMITIVA
‘ Los  Ministerios  de  la  Iglesia ’,  José  M.  Castillo.  Resumen, julio de 2003. PR.





A. ESTRUCTURA Y ORGANIZACIÓN DE LA IGLESIA



1.    Definición de términos

-          Por ‘estructura’, entendemos lo que es divino, y por lo mismo que no puede cambiar, en la Iglesia.

-          Por ‘organización’, entendemos lo que hay de humano, y por lo mismo puede cambiar en la Iglesia.

                En la Iglesia primitiva había una mayor diversidad de ministerios que ahora.



2.    Diversidad y creatividad en los Ministerios

-      Lo más normal era que los Ministros eran casados y vivían de su trabajo.

-      Los ‘Profetas’ no sólo predicaban, sino que presidían la Eucaristía.

-      Mujeres ejercían los ministerios de profetizas y diaconizas.

-      En las Comunidades de Juan, parece que no presidía ningún ministro.

Conclusión: La estructura divina de la Iglesia y por lo mismo indispensable es su apostolicidad, mientras la organización varía según las épocas, acorde a las necesidades.



  1. La apostolicidad

        Es la identidad de sus principios de unidad tal como los recibió de Cristo en la personas de los apóstoles. Constan en Mateo 28,19 y Hechos 2,42. Esta apostolicidad consta de 2 componentes:

-      La apostolicidad de ministerio, o sea la sucesión ininterrumpida de ministros al frente de las Iglesias, y

-      La apostolicidad de vida y doctrina, o sea la forma de vida y doctrina transmitida desde los apóstoles.

        Las 2 tienen que ser unidas: no puede haber apostolicidad de ministerio si no hay apostolicidad de doctrina. La consecuencia es que la falla en la doctrina anula la apostolicidad del ministerio. ‘Los obispos pierden su autoridad en cuanto está en desacuerdo con Cristo’ (San Anselmo, San Gregorio).

Conclusión: ¿Qué significa esto?

-          El ministerio no proviene de la Comunidad, sino que es un don de Dios: Los obispos son los sucesores de los apóstoles, y

-          El ministerio es aceptado y recibido por la Comunidad, es decir que un ministerio es válido si es aceptado y confirmado por la Comunidad. Si una Comunidad rechaza a un obispo, su ministerio no es válido.



B. DEL SERVICIO A LA SACRALIZACIÓN



1.    ‘Sirvientes y esclavos’

        En el nuevo Testamento, los Ministros apostólicos son designados por los términos de ‘sirvientes’ y ‘esclavos’. Esos son los que ‘sirven en la mesa’, o sea tienen una dependencia personal, algo humillante: ‘El primero se hará el servidor de todos’ (Marcos 10,45), ‘el esclavo de todos’ (Mateo 20,28). En la Comunidad cristiana, la autoridad es una ‘servidumbre’, una tarea de ‘esclavos’, al servicio de la Palabra y de los demás. Los ministros se definen no con relación a una función, sino a una forma de vivir y servir, a favor de los demás. De ahí, no caben los títulos de ‘padre’, ‘maestro’, ‘doctor’ (Mateo 23,8-10), peor ‘monseñor, excelencia, eminencia’, porque ‘ustedes son hermanos’ (Mateo 23,9). Ni Jesús se comporta como ‘Señor’ (Juan 13,13) y llama a sus discípulos ‘amigos’ (Lucas 12,4 y Juan 15,15) y ‘hermanos’ (Mateo 28,10 y Juan 20,17).



  1. Una Iglesia sin sacerdotes

        Tal como se describe en el Nuevo Testamento, la Iglesia primitiva aparece como una Iglesia sin sacerdotes. Sí, había dirección y liderazgo, además de la diversidad de ministerios. Pero, jamás se habla de ‘sacerdotes’ en las Comunidades del Nuevo Testamento; jamás se habla de ‘templos o santuarios’, jamás se menciona ‘leyes rituales’, nunca se hace referencia a una sacralidad. El Nuevo Testamento desconoce la existencia de sacerdotes como cuerpo especializado o consagrado en el interior de la Iglesia: No se aplica a los ‘dirigentes’ la terminología sacerdotal.

        La palabra sacerdocio se usa sólo para hablar de los sacerdotes del Antiguo Testamento, de Jesús el Mesías (carta a los Hebreos) y de todos los fieles sin distinción (1 Pedro 2,5; Apocalipsis 1,6; 5,10;20,6). Para encontrar el término ‘sacerdote’ aplicado a los ministros de la Iglesia, hay que esperar hasta Tertuliano, al principio del siglo 3º.



  1. El sacerdocio de Cristo, en la carta a los Hebreos

        Los cristianos tenemos un sacerdote, es más: ‘un sumo sacerdote’ (8,1; 4,15), un ‘gran sacerdote’ (4,14), un ‘sumo sacerdote grande’ (4,14) que es Jesús, el sumo sacerdote de los bienes futuros (9,11). Además afirma que el sacerdote de Cristo ‘no es ritual’, sino ‘existencial’, es decir:



a).   La asimilación. Para Cristo, la condición para llegar a ser sacerdote no fue la separación o segregación de lo profano como camino a lo ‘sagrado’, sino lo contrario: Cristo tuvo que acercarse a los demás, hacerse semejante a los que sufren, igualarse a todos. Mientras en el Antiguo Testamento la condición para acceder al sacerdocio era la ‘separación’, a partir de Cristo, la condición es la ‘asimilación’, o sea el hacerse en todo semejante a los que sufren y lo pasan en esta vida, afín de poder ayudar de verdad a los demás.

b).   La oblación. El acceso de Cristo al sacerdocio se realizó no mediante unos determinados ritos o ceremonias sagradas, sino en virtud de sus propios sufrimientos y a través de su existencia destrozada. Lo que Cristo ofreció con su vida y sobretodo su muerte, no fue algo externo a su persona, sino que fue su propia persona y su propia vida.

c).   La sangre. La realización de su sacerdocio no consistió en la puesta en práctica de una serie de ritos sagrados, sino por su existencia entera entregada a los demás y, sobre todo, en su muerte por fidelidad a Dios y para el bien del hombre. La sangre que ofrece Cristo no es la de animales, sino la suya propia (9,12), lo que significa que:

-          Por ofrecerse a sí mismo, Cristo suprime la distinción entre sacerdote y víctima,

-          El sacerdocio de Cristo suprime también la distinción entre culto y existencia.

        Con Cristo, el sistema de relación con Dios queda radicalmente modificado. Este sistema consiste no en la ejecución de determinados ritos, sino en la entrega de la persona misma. El culto cristiana auténtico no es otra cosa que la ofrenda de la propia vida, hasta el don de la sangre en la solidaridad y la práctica del bien (13,16). Por esta razón, los sacramentos pasan a ser la actualización simbólica de la muerte de Cristo y la expresión celebrativa de nuestra entrega existencial a Dios (Romanos 12,1). En esto, todos los cristianos son sacerdotes.

        Tertuliano que generalizó el término de ‘sacerdote’, dice que, cuando no hay sacerdote ordenado, los laicos pueden bautizar y celebrar la eucaristía, porque ‘donde hay 3, ahí está la Iglesia’. Luego con San Cipriano de Cartago se habla ya no de servicio, sino de ‘honor, dignidad y potestad’. Esto indica la tendencia de los ministros eclesiales a distanciarse del Pueblo y acomodarse a los notables y grandes de la sociedad. Y así sucesivamente en los siglos siguientes, de tal manera que ‘lo sagrado’ vino a superponerse a ‘lo evangélico’.



  1. Causas de esta evolución



a). La teología del Antiguo Testamento. La Tradición apostólica de San Hipólito hace mención, para la ordenación del obispo, de Abraham y de los sacerdotes del Antiguo Testamento, y, para la ordenación de los presbíteros, se recuerda a los presbíteros ordenados por Moisés. En los siglos siguientes, los ministros de la Iglesia fueron perdiendo paulatinamente su dimensión apostólica y evangélica, y se convirtieron en funcionarios del culto y del altar.

b). La exaltación y sacralización de los ministros de la Iglesia. En la 2ª mitad del siglo 3º, San Cipriano lamenta de los escándalos que se multiplican en las Comunidades cristianas. Al pasar por una etapa de relativa libertad, la Iglesia fue creciendo y desarrollando un progreso intelectual. Pero, la contrapartida fue que, en una época de degradación de las instituciones imperiales, la Iglesia ofrecía una seguridad y un espacio de valoración personal y de sentido a la vida. Las Comunidades dejaron el compartir de bienes, lo que hizo retroceder la fraternidad real y concreta. Al mismo tiempo se acentuó la autoridad y el poder de los dirigentes de cada Iglesia local. Por estas razones, los obispos y sacerdotes fueron exaltados por su dignidad sagrada y no por sus vivencias solidarias y evangélicas, utilizando el sacerdocio del Antiguo Testamento para justificar la nueva situación.



Conclusiones del Nuevo Testamento

-          La Comunidad es siempre primera.

-          Una Comunidad no puede prescindir de ministros que la animan.

-          Los Ministros existentes para el servicio de todos y para el crecimiento de la Comunidad.

-          Es notable la gran diversidad de ministerios, aunque las Cartas Pastorales los resumen a 3: ‘Obispos, presbíteros y diáconos’: lo que traduce una inversión de criterios, el poder carismático dejando su lugar a la doctrina.

-          Se advierte también una gran creatividad. Las Comunidades se sintieron libres de producir ministerios según sus necesidades y bajo el impulso del Espíritu Santo: Eligieron a Matías para sustituir a Judas; no se habla de sucesores a los 72; se crearon a ‘Los Siete’ (Hechos 6,1-3).

-          Los Ministerios son un don de Dios mismo a la Iglesia.

-          ‘Los obispos, en su servicio, han protegido continuamente a los indigentes y a las viudas y han llevado siempre una vida santa’ (‘Pastor’ de Hermás, siglo 2º).





C. EVOLUCIÓN HISTÓRICA POSTERIOR



  1. El proceso de sacralización

-          A partir del siglo 4º, el proceso de sacralización se consolida definitivamente. Esto es notable sobretodo en la liturgia.

-          A partir del siglo 8º, la misa es rezado por el sacerdote sólo, y en voz baja. Deja de ser progresivamente una acción comunitaria.

-          Se sustituye las vestimentas cotidianas para usar vestiduras reservadas para la liturgia, copiando la ropa de los romanos, marginado la de los demás Pueblos. El ministro es considerado ‘segregado’, separado de la Comunidad.

-          El altar, en vez de estar al centro de la Comunidad, es confinado al fondo de la iglesia, al que no tienen acceso los fieles y empieza a difundirse que ‘la Iglesia consiste principalmente en los sacerdotes’.



  1. La designación de los ministros



a). En los Hechos de los Apóstoles, Matías fue elegido por votación popular (1,26), los 7 líderes de la Comunidad también fueron elegidos por votación de la Comunidad (6,3-6), Bernabé y Saúl fueron enviados en misión por la Comunidad de Antioquia (13,2-3).



b). En el siglo 3º, Hipólito escribe: ‘Que se ordene como obispo al que el Pueblo ha elegido, y que los demás obispos le impongan las manos’. En España, donde 3 obispos dieron malos ejemplos y negaron la fe, las Comunidades afectadas depusieron a los mencionados obispos. En un concilio reunido por Cipriano, consta un decreto que afirma:

-          El Pueblo tiene poder, por derecho divino, para elegir a sus ministros.

-          El mismo Pueblo tiene también poder para quitar a los ministros cuando son considerados indignos.

-          El recurso a Roma no debe cambiar tal situación.

-          San León Magno tiene la fórmula siguiente: ‘El que debe ser puesto a la cabeza de todos, debe ser elegido por todos’, lo cual está confirmado por el 6º Concilio Ecuménico de Calcedonia.

Se puede concluir que se consideraba ministros válido y verdadero de la Iglesia, aquel que era llamado y aceptado por la Comunidad: Lo primero era la Comunidad y sólo en su seno se podía dar la realidad de los ministerios. Los ejemplos de las ordenaciones de San Ambrosio y San Agustín apoyan esta realidad.



c). En los siglos 12º y 13º, el ministerio es una realidad en sí y no una función de servicio a una Comunidad concreta, por 3 razones:

-          La Iglesia no es representada por Comunidades, sino por territorios feudales donde los reyes y señores disponían quienes eran sacerdotes y obispos.

-          Al revalorare el derecho romano, la autoridad pasó a ser un valor en sí mismo, desvinculada de la Comunidad.

-          En este contexto se desarrolla la doctrina sobre la Iglesia o Eclesiología, donde los ministerios no están referidos a la Comunidad de los fieles.

        El 3º Concilio de Letrán (1179) llegó a afirmar que nadie podía ser ordenado ‘sin que le sea asignado una sustentación digna’, pasando en primer lugar el mantenimiento financiero del sacerdote.



  1. La teología del sacramento del orden

        En 1215, el 4º Concilio de Letrán declaró que ‘solamente puede celebrar la eucaristía un sacerdote válidamente ordenado’. Al relacionar sacerdocio y la eucaristía, se centraba y reducía la función del sacerdote al altar, y se lo distinguía esencialmente del resto de los fieles. Lo que era una afirmación legal, para evitar ciertos errores, pasó a ser una definición teológica proclamada por los teólofos. Santo Tomás retomará esta afirmación en su primer artículo sobre el sacramento del orden, refiriéndolo a la eucaristía. Así pasó a definirse el sacerdote como el hombre del altar y del culto. Las consecuencias son importantes:

-          La dimensión pastoral y la relación a la Comunidad, esenciales en el sacerdocio cristiano, pasaron al segundo lugar.

-          Quedó también fuera de la definición del ministerio la vida personal y la santidad del sacerdote.

-          El obispo quedó fuera del sacramento del orden: se lo equiparó al simple presbítero. Para diferenciarlo, pasó a ser un rango jurídico, una potestad y dignidad al margen del sacramento.



  1. El Concilia de Trento

a)       Antecedentes. Las declaraciones del Concilio de Trento sobre el sacerdocio están condicionadas por 3 datos históricos:

-          El sacerdocio pertenece a una clase privilegiada.

-          La ordenación sacerdotal está ligada a la obtención de beneficios según se es del ‘bajo’ o ‘alto’ clero, lo que permitía vivir sin trabajar.

-          Los Protestantes criticaban el sacerdocio ministerial instituido por vía de ordenación que ponía la Iglesia antes que Cristo. Redujeron el sacerdocio al ministerio de la Palabra sin poder de consagrar ni de absolver. Al dejar este ministerio de la Palabra se terminaba el ministerio sacerdotal.

b)       Definiciones. Frente a estas situaciones, el Concilio confirmó lo que decían los teólogos:

-          En el Nuevo Testamento existe un sacerdocio visible que es el ordenado, que se diferencia del de los bautizados por ser orientado a la consagración y al perdón sacramental.

-          El orden fue instituido por Cristo.

-          La ordenación confiere un carácter indeleble.

-          El orden vincula a la estructura jerárquica de la Iglesia, independientemente de la aceptación del Pueblo.

        La mayor consecuencia fue de definir la eucaristía como función propia del sacerdote en perjuicio de la Comunidad. El sacerdote se santificaría no en la tarea pastoral sino en mediante la devoción personal. De ahí nació la piedad eucarística, empobreciendo la función profética en la Iglesia y marginado la lectura de la Biblia. El papel del seglar se redujo a escuchar y obedecer al clero, fortaleciendo la jerarquía piramidal alrededor de Roma. Hay que decir que no fue el objetivo del Concilio de proclamar una teología del sacerdocio sino contestar errores protestantes.



  1. El Concilio Vaticano 2º



a)       Visión general

El Concilio Vaticano 2º buscó una renovación eclesial en profundidad. No ha pronunciado definiciones dogmáticas como tal, pero sí sus documentos son vinculantes para la fe. Por ser Concilio ecuménico, se trata del Magisterio solemne de la Iglesia.

Para darnos a entender el ministerio eclesial, el punto clave que nos presenta el Concilio es ‘la misión’: primero la misión de Cristo y luego la misión de la Iglesia. Dentro de la misión de la Iglesia define la de los apóstoles, después la de los obispos y en fin la de los obispos. Esta misión va unida a una ‘consagración’ (LG 6,21,28;PO 2,7;SC 5; AA 3), pero el ministerio no arranca de la consagración, sino de la misión de Cristo y de los Apóstoles (LG 18-20). Se habla de ‘consagración cuando se llega a la ‘sacramentalidad del episcopado’ (LG 21). El ministerio de los obispos se justifica sólo en función de la misión (LG 24) y implica una consagración (LG 28). De ahí se desprende que el ministerio eclesial arranca no de lo sacerdotal, sino de lo misional. Según el Concilio, todo sale de la misión bautismal que engloba la triple función ‘sacerdotal, profética y pastoral-real’. Se trata de una renovación fundamental en la manera de comprender el ministerio eclesiástico, que nos va a llevar a vivirlo de una manera también renovada. Hay 2 novedades:

-          La relación entre el presbítero y la Iglesia. El Concilio resitúa el ministerio eclesiástico dentro del conjunto de la Iglesia, entendida bíblicamente como ‘Pueblo de Dios’ y ‘Cuerpo de Cristo’. Deja el binomio clásico ‘sacerdocio-laicado’ por el de ‘Comunidad-Ministerios’. Cristo instituyó a la Iglesia como una Comunidad estructurada donde existan siempre los 3 ministerios como servicio profético de la Palabra, como servicio sacerdotal de la santificación y del culto y como servicio pastoral de la unidad. El centro de gravedad no es el clero sino el Pueblo de Dios, la Comunidad.

-          La relación entre el presbítero y el mundo. El Concilio presenta esta relación no como una ‘separación sagrada’, sino en términos de ‘presencia y testimonio’: La misión nos relaciona con el mundo. Por eso, una teología del ministerio se tiene que referir a la vida familiar (el celibato), laboral (trabajo, profesión), política (compromiso). Se trata de hacer presente el Reino de Dios en todos los ámbitos de la vida humana y de la sociedad.

Los aportes del Concilio no son un paso más, sino un paso decisivo. Pero, no vamos a afirmar que el Concilio lo ha dicho todo. Más bien ha abierto caminos para plantear el ministerio desde el Nuevo Testamento, sin menospreciar el aporte positivo de los siglos. ‘No nos extrañemos de que la transición sea difícil. El retorno a las fuentes del Evangelio, la revisión de las formas heredadas de la Edad Media y de la Contra-Reforma llegan en el momento de una mutación de trastorna nuestras bases culturales. Se trata de un cambio de polo que orienta las opciones y los esfuerzos cristianos’ (R. Laurentin).



b)       Textos conciliares en ‘Ministerio y vida de los presbíteros’

-          3: ‘Los presbíteros del Nuevo Testamento, por su vocación y su ordenación, son segregados en cierta manera en el seno del Pueblo de Dios, no de forma que se separen de él, sino al fin de que se consagren totalmente a la obra para la que el Señor los llamó’.

-          4,1 ‘Pues como nadie puede salvarse si antes ni cree, los presbíteros, como colaboradores de los obispos, tienen como obligación principal el anunciar a todos el evangelio de Cristo, para constituir e incrementar el Pueblo de Dios, cumpliendo el mandato del Señor: ´Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura´ (Mateo 16,15)’.

-          9,2: ‘Los presbíteros deben presidir de forma que, buscando no sus intereses sino los de Jesucristo, trabajen juntamente con los fieles seglares, y se porten entre ellos a imitación del Maestro que, entre los hombres, `no vino a ser servido sino a servir´ (Marcos 16,15)’.

        ‘Hay que superar el dilema: palabra o eucaristía. Se puede hacerlo definiendo, como nosotros lo hemos hecho, el ministerio sacerdotal como el servicio de potencia activa, propiamente escatológica, de la Palabra de Dios – Jesucristo – muerto y resucitado, cuyos signos sensibles son, bajo títulos diferentes, el anuncio del mensaje y los gestos sacramentales’ (Comisión Teológica Internacional, 1971, 89).



  1. Orígenes del celibato eclesiástico

        Aquí se trata no de una cuestión dogmática, sino disciplinar. La iglesia latina exige el celibato para la ordenación de presbítero y obispo. Se ha llegado a esta norma a través de un lento proceso histórico.

a)       Las Cartas a Tito y Timoteo. Los textos más antiguos relacionados con el celibato están en 1 Timoteo 3,2-5 y 12, por una parte, y, por otra, en Tito 1,6, donde se dan varias orientaciones para nombrar a los presbíteros:

-          Ser hombres de una sola mujer, lo que siguen todavía unas Iglesias romanas de Oriente.

-          Para poder gobernar la Comunidad es necesario saber gobernar la propia familia.

-          Tener educados los hijos en una misma fe, formales y obedientes.

-          Esto lo confirmaron los Concilio de los primeros siglos, al mismo tiempo que se enunciaba nueva exigencias.

b)       El aumento progresivo del rigorismo sexual sobre los sacerdotes

-          Para los sacerdotes, se comenzó insistiendo en aplicar la prescripción del Levítico: ‘El sumo sacerdote tomarás a una mujer virgen, no viuda, no despedida, no deshonrada, no prostituta’ (21,13-14).

-          Mientras se respetaba la orientación de ordenar diáconos, sacerdotes y obispos ya casados, se añadió la prescripción para el sacerdote ordenado de soltero de no casarse, como en el Concilio de Nicea en 325,

-          Al principio del siglo 4º, el Concilio español de Elvira obliga a los casados que se ordenan sacerdotes de ‘no usar del matrimonio’, cuya falta de observancia provocó reclamos del Papa y nuevos Concilios en los siglos siguientes.

-          A principio del siglo 5º, se comenzó a exigir para los obispos el celibato o ‘que no tengan hijos o nietos’, insistiendo en ‘proteger los bienes de la Iglesia’. Esto fue confirmado por (el Papa) Justiniano en 528. La justificación de tal ordenanza se basa en la ‘pureza legal’ sacada del Antiguo Testamento y la tendencia a tildar de pecado a las relaciones conyugales: ‘la sexualidad mancha el culto divino’. Es el caso hasta del Concilio de Letrán en 1139.

-          El Concilio Vaticano 2º confirmó la validez del celibato para diáconos, sacerdotes y obispos, pero eliminado las justificaciones de pureza legal, penalización a la relación conyugal e inferioridad del estado matrimonial.



D. LA CUESTIÓN ECUMÉNICA



1.    La doctrina de Lutero sobre el sacerdocio ministerial



a). Los cuestionamientos de Lutero al sacerdocio ministerial comienzan en el año 1519

-          Lutero afirma que el Nuevo Testamento no utiliza la palabra ‘sacerdote’ para los ministros de la Iglesia. Sólo se atribuye este término a Cristo y al conjunto de los bautizados. En la Nueva Alianza hay un único sacerdote, Cristo, y un ‘sacerdocio invisible’ en todos los bautizados, por ser miembros del cuerpo de Cristo. Por esto, no hay porque diferenciar a los sacerdotes de los demás cristianos.

-          En cuanto a la Eucaristía, Lutero niega que pueda ser la ofrenda de un sacrificio lo suficientemente distinto del sacrificio de Cristo como para justificar la institución de una clase sacerdotal. La miso no es más que la ‘proclamación del testamento de Cristo’.

b). Consecuencias de las afirmaciones de Lutero

-          No hay 2 clases de personas en la Iglesias, la una - los sacerdotes - superiora a la otra - los laicos.

-          La participación al sacerdocio de Cristo se confiere en el bautismo, y basta.

-          El ministerio es ‘de la Palabra de Dios’, para mantener y alimentar la fe con la predicación y el sacramento de la palabra.

-          Lutero ignora el poder de consagrar y perdonar. Todo bautizado puede dispensar la absolución y consagrar en ausencia del ministro porque ‘son las palabras de Cristo las que tienen poder y no la persona que las pronuncia’.

-          Le compete a la Comunidad nombrar a sus ministros. Si hay ‘ordenación’, se trata de un simple rito de regocijarse por el nombramiento hecho por la Comunidad.

-          Para seguir de ministro, hay que ejercer el ministerio del evangelio; no basta limitarse al breviario y a la misa.

        La reflexión de Lutero sobre el sacerdocio ministerial acarreó su supresión, sustituyéndolo al de ‘Pastor’ como ministros de la Palabra de Dios. La diferencia entre ‘sacerdote católico’ y ‘pastor protestante’ es enorme.



2.    El Documento de Lima de 1982

        Fue en Lima donde se dio la reunión del Consejo Ecuménico de Iglesias en 1982 y se firmó un documento sobre ‘Bautismo, Eucaristía y Ministerio’. Fue el fruto de varios encuentros anteriores: Lausana (1927), Acra (1974) y Bengalore (1978).



a). El Documento reconoce primero la vocación de todo el Pueblo de Dios, como en el Concilio Vaticano 2º. Cada miembro está llamado a actuar en bien de los demás según el don o carisma que ha recibido para edificación de la Iglesia y al servicio del mundo al que ha sido enviada la iglesia.

b). Luego se trata sobre la cuestión del ‘ministerio ordenado en la Iglesia’. Este se refiere a las personas que han recibido un carisma reconocido por la Iglesia mediante la ordenación, la invocación al Espíritu Santo y la imposición de las manos. Se relaciona este ministerio con el de los apóstoles enviados por Jesús y es la continuación de la obra de los mismos. La función específica del ministerio ordenado es de reunir y construir el cuerpo de Cristo por la proclamación y enseñanza de la palabra, por la celebración de los sacramentos y por la dirección de la vida de la Comunidad en la liturgia, su misión y su diaconía. Sin especificar los poderes del ministro ordenado, se reconoce que la presidencia de Jesucristo tiene por signo la de un ministro que la representa, el cual tiene la tarea de presidir la eucaristía. La autoridad del ministro ordenado es concebida como un servicio a la Comunidad, según el modelo de Jesucristo.

c). En cuanto a la palabra ‘sacerdotes’, el Documento reconoce que el sacerdocio se aplica ante todo a Jesucristo y a los miembros de la Comunidad cristiana. En cuanto a los ministros ordenados, ellos participan, como todos los cristianos, tanto del sacerdocio de Cristo con del de la Iglesia. ‘Pueden ser llamados sacerdotes propiamente porque ejercen un ministerio sacerdotal particular, fortaleciendo y construyendo el sacerdocio real y profético de los fieles. Aquí hay que notar que los protestantes más ortodoxos no aceptaron el acuerdo de Lima. El Documento nota que los ministerios ordenados se redujeron a 3: Obispos, presbíteros y diáconos.

d). La ordenación de mujeres al sacerdocio es particularmente espinosa. El Documento reconoce la radical igualdad entre varones y mujeres. En sus conclusiones se muestra prudente, reconociendo que no existen razones bíblicas o teológicas en contra de la ordenación de mujeres y aceptando que ‘en muchas Iglesia la tradición a este respecto no ha de ser modificada’.

e). La sucesión en la tradición apostólica. El Documento dice que ‘la tradición apostólica en la Iglesia implica la continuidad en la permanencia de las características de la Iglesia de los apóstoles’ y anota que ‘la primera manifestación de la tradición apostólica se encuentra en la tradición apostólica de la Iglesia entera’. Termina cuestionando tanto a las Iglesias protestantes – importancia de la tradición apostólica – como a las Iglesias católicas – proclamación fallida de la fe apostólica. En cuanto a la sucesión apostólica por medio de los obispos, se dijo que ‘es uno de los modos de transmisión de la tradición apostólica, junto a la transmisión del evangelio y a la vida de la Comunidad’. La dificultad proviene de las Iglesias que no han conservado la sucesión episcopal cuya consecuencia es ‘la unidad perdida y a recuperar’.

f). La ordenación’. El Documento dedica a la ordenación 3 largas partes:

-          El significado de la ordenación.

-          El acto de la ordenación.

-          Las condiciones para la ordenación.







  parte :  LAS  CEBs  CONSTRUYEN LA  IGLESIA  QUE  QUISO  JESÚS  Y  LA  SOCIEDAD  NUEVA  QUE  NECESITAMOS





A. REALIDAD DE LAS CEBs EN EL ECUADOR



1. Breve historia

Una de las mayores prioridades de las Iglesias latinoamericanas y de la Iglesia del Ecuador. No se ha encontrado hasta ahora mejor manera de evangelizar a las gentes de los sectores populares del campo y de la ciudad. Hay 4 coordinaciones nacionales de las CEBs

-          Las CEBs urbanas. Comienzos: 1979, primer encuentro nacional en Riobamba. Hoy.

-          Las CEBs indígenas, desde 1980.

-          Las CEBs campesinas, desde 1984.

-          Las CEBs negras, desde 1995. Hubo unas 3 reuniones InterCEBs: 1984 en Cuenca, 1998 en Riobamba, 2000 en Quito. También reuniones latinoamericanas: las últimas se han dado en Brasil, donde las CEBs son las más apoyadas por los obispos.



2. Unas características de las CEBs

-          Son grupos de cristianos pobres que se reúnen semanalmente para responder a las necesidades materiales, espirituales y políticas de su barrio o su sector.

-          Su método de reflexión parte siempre de la realidad (familial, barrial, social), analizando las causas personales y sociales de esta realidad. Se la ilumina con la Palabra de Dios. Y se toma compromisos parroquiales y sociales.

-          Construimos lo que el Papa Juan Pablo 2º ha llamado ‘la Iglesia de los Pobres’, en su carta sobre ‘El Trabajo Humano’ (1984, número 8) que se caracteriza por la fe viva, una interpretación renovada de la Palabra de Dios, la solidaridad con las causas de los pobres, la participación en la construcción de una sociedad mejor.



3. Organización de las CEBs

-          Provincial: Reunión semanales o mensuales de los Animadores. Convivencias trimestrales. Talleres mensuales o trimestrales de formación. Solidaridad con las Organizaciones Populares y participación en Movimientos Políticos. Las CEBs de El Oro, apoyadas por el obispo, han formado un partido político, desde 1997.

-          Nacional: Reuniones trimestrales de todos los Coordinadores provinciales. Reunión anual de representantes de todas las CEBs del país (2004: La Independencia, marzo 19-21): Allí se elige a los Coordinadores Nacionales. En julio próximo, hay prevista una reunión de los Coordinadores Nacionales de las CEBs urbanas, indígenas, campesinas y negras.



B. LA TRADICIÓN DE LAS CEBs ANTERIOR A SANTO DOMINGO



  1. El Documento Preparatorio a Santo Domingo (1990)

        Este Documento insistía sobre la dimensión institucional’ de las CEBs, aspectos que se perdió un poco en los documentos posteriores. El valor más significativo de esta experiencia de CEBs es ‘la maduración de un nuevo modelo de Iglesia, intermedia entre la familia y la parroquia’ (521). ‘Las CEBs llegan a ser una nueva estructura pastoral’ (522). Se destaca 2 elementos claves: la renovación de las parroquias como centros de la evangelización y la participación de los seglares en ellas (526).



  1. Textos más importantes sobres las CEBs, de Documentos anteriores

-          En el Documento de Medellín (1968), el texto más importante esté en los números 10-12 del capítulo 15 (Pastoral de Conjunto) sobre los animadores de las CEBs. En el capítulo 6 (Pastoral Popular), los números 9 y 13.

-          La exhortación ‘El Anuncio del Evangelio’ (1975) hace una apreciación positiva y crítica de las CEBs.

-          El Documento de Puebla (1979) afirma que las CEBs se han convertido en ‘motivo de alegría y esperanza. Se han convertido en focos de evangelización y motores de liberación desarrollo’ (96). Son ‘una fuente de ministerios confiados a los laicos’ (97). Los números 638-643 entregan una reflexión doctrinal sobre las CEBs.

-          La carta encíclica ‘la Misión del Redentor’ (1990) hace una valoración altamente positiva de las CEBs (números 51).





C. REFLEXIÓN SOBRE EL FUTURO DE LAS CEBs



1.    Definición estructural de las CEBs

        Las CEBs son un movimiento profético en la Iglesia y en la sociedad, prolongación del ‘Movimiento de Jesús’ en la historia, con un carácter espontáneo y carismático, especialmente entre los pobres y excluidos. Las CEBs no son un movimiento en la Iglesia, sino ‘un modelo de Iglesia, una nueva manera de ser y de vivir la Iglesia, al estilo de la primitiva comunidad cristiana. Son célula eclesial fundamental, conformando un nuevo estilo de parroquia’ (Documento preparatorio a Santo Domingo). Estos documentos nos permiten definir estructuralmente a las CEBs:

-          Se trata de una estructura pastoral nueva, intermedia entre la familia y la parroquia.

-          Son una estructura que apunta e un nuevo modelo de Iglesia o una nueva manera de ser y vivir la Iglesia.



a). Una estructura intermedia. Las CEBs revelan la crisis de la familia y el carácter insuficiente de la parroquia. Las familias ya no transmiten suficientemente y adecuadamente la fe. Las parroquias llegan, según las encuestas, solo al 5% de la población bautizada. La Religiosidad Popular no resuelve el problema porque no crean una vivencia comunitaria y comprometida de la fe. Hay un 80% de católicos no organizados que no viven ni cultivan su fe, quedando expuestos a la secularización y a las sectas. Las CEBs son, en los sectores populares, la única solución estructural, permanente y eficaz  al problema de este gran vacío pastoral.

b). Un nuevo modelo de Iglesia. Las CEBs tienen su identidad propia, en comunión con la parroquia, pero con cierta autonomía. Es una estructura eclesial particular dentro de la parroquia. Esta identidad provoca temores y recelos en los pastores celosos de su autoridad y poco abiertos a la participación de los seglares en las decisiones parroquiales. Sin las CEBs, difícilmente la parroquia podrá cumplir con la evangelización de las culturas, la opción por las causas de los pobres, la creación de nuevos ministerios y la renovación profética de la Iglesia.



  1. Rectificación de posibles errores



a). Tener claro el carácter eclesial de la CEBs. La eclesialidad de las CEBs nos se define por su sumisión al párroco ni exclusivamente por su participación en la Eucaristía, la devoción a la Virgen y a la Palabra de Dios. Las CEBs son eclesiales por su capacidad de ser y vivir todas las dimensiones constitutivas de la Iglesia universal: Su misión profética, sacerdotal y real; su capacidad de comunión y misión; su fuerza evangelizadora y educadora de la fe; su testimonio en medio del mundo como sacramento del Reino... Las CEBs son resistentes al fundamentalismo, autoritarismo, espiritualismo que, en definitiva confunden a los cristianos y destruyen las Iglesias.

b). Integrar mejor las CEBs a la vida de la Iglesia. Por las dificultades que pasan tanto adentro de la Iglesia como por parte de la realidad de pobreza y a veces persecución, las CEBs pueden caer en una cierta marginalidad. Sufren de la falta de acompañamiento y el recelo de la jerarquía. El reto es grande de ambas parte para poder cumplir cada una su misión, renovar nuestra Iglesia y transformar la sociedad para que seamos mejores constructores del Reino.



3.    Las CEBs y la opción por los pobres

        Las CEBs se han desarrollado en los sectores populares del campo y de la ciudad. Es cierto que son los pobres que más necesitan de una comunidad para, por una parte, vivir y resistir y, por otra, vivificar su fe y comprometerse para encontrar caminos alternativos al actual modelo económico y político de desarrollo. La metodología básica de las CEBs es la participación. En las CEBs, los pobres logran participar tanto en la Iglesia como en la sociedad. Se pueden formar, despertar sus talentos y ser líderes en los ministerios eclesiales y en los movimientos sociales y políticos. Los pobres descubren que son capaces de elaborar nuevos símbolos religiosos, nuevas oraciones, nuevas interpretaciones bíblicas y teológicas, nuevos ministerios... Expresan la prioridad de la Iglesia por los pobres y su inserción en medio de ellos. Más las CEBs permiten a la Iglesia ser ‘verdaderamente Iglesia de los Pobres’, según el voto del Papa Juan Pablo 2° (‘El Trabajo Humano’, 8), ‘aceptando y asumiendo la causa de los pobres como causa de Jesús’ (Mensaje de Puebla, 3).



4. Las CEBs y la Promoción Humana y Nueva Evangelización

        En el documento de Santo Domingo, el título del primer capítulo sobre la ‘Promoción Humana’ resume el espíritu de todo: ‘La promoción humana, una dimensión de la Nueva Evangelización’, en continuidad con Puebla y Medellín. Se nos presenta los 9 ‘signos de los tiempos’ de la promoción humana. Estos signos son al mismo tiempo campos de acción de toda la Iglesia en la transformación de América Latina. De una manera privilegiada, en las CEBs se da una relación permanente entre la fe y la vida, el Evangelio y la política, la oración y el compromiso. Su inserción en los Movimientos Sociales y Políticos es fuente de evangelización liberadora de las estructuras sociales.



5. CEBs y Cultura Cristiana

        El último capítulo del Documento de Santo Domingo nos habla de la inculturación del Evangelio en la pluralidad de las culturas del continente: indígenas, afroamericanas, mestizas, populares urbanas y rurales... La inserción de las CEBs en estos distintos medios ha hecho posibles unos comienzos prometedores de la inculturación. La inculturación nos exige una opción por las culturas oprimidas afín de descubrir en ellas las ‘semillas del Verbo’, y expresar creativamente desde sus categorías la liturgia, el Evangelio, la Iglesia y la fe. Es significativo el título del 8° Encuentro Internacional de las CEBs en Brasil (1992): ‘El Pueblo de Dios, renaciendo de las culturas oprimidas’.



6. Las CEBs como nuevo modelo de Iglesia

        Así se expresaba el Documento de Trabajo de la reunión de Santo Domingo: ‘Las CEBs no se comprenden a sí mismas como un movimiento de Iglesia, sino como una forma de ser y expresar la Iglesia, al estilo de la primitiva comunidad cristiana’ (225). Las CEBs están realizando una renovación espiritual, pastoral y teológica de nuestra Iglesia en América Latina. Esto da seguridad, legitimidad y autoridad a las CEBs. Son 2 las principales renovaciones provocadas por las CEBs: La lectura comunitaria (pastoral o popular) de la Biblia, y una nueva estructura ministerial en la Iglesia.



a). Nueva estructura ministerial. Ya en 1979, el documento de Puebla afirmaba que la CEB ‘es una de las fuentes de los ministerios confiados a los laicos’ (97). Esto se está dando porque, en las CEBs, varones y mujeres van asumiendo la responsabilidad y la representación de la Iglesia al nivel local. Esto permite a los ministros ordenados dedicarse no tanto a la sacramentalización, sino sobre todo a la formación, la misión, la oración y la celebración, y así encontrar su verdadera identidad. Esto abre también la puerta a nuevos ministerios ordenados, a imagen de las primeras comunidades cristianas.

b). Lectura comunitaria de la Biblia. En los siglos pasados, el clero ha leído e interpretado la Biblia a los pobres. Hoy, los pobres, en las CEBs particularmente, leen por su cuenta la Biblia y la interpretan desde su fe y su realidad. Pasan a ser los sujetos de una nueva interpretación bíblica, ya que los pobres son los primeros destinatarios de la Biblia.

-          Las CEBs leen la Biblia en comunidad, en un clima de fe, oración y compromiso, en fidelidad al Tradición.

-          La Ciencia bíblica se puso al servicio de las CEBs para aumentar la convergencia, la profundización y la verdad de la Palabra de Dios. La Ciencia bíblica se enriquece de las CEBs y las CEBs aprenden de la ciencia bíblica.

-          La lectura de la Biblia se hace a partir de la realidad y está al servicio de la liberación integral. A partir de la vida, se entiende mejor la Palabra de Dios, y la misma Palabra de Dios ilumina la vida. La Biblia permite discernir donde se construye y destruye el Reino. Permite denunciar todo lo que no está conforme al proyecto de Dios y anima a colaborar más eficazmente a su crecimiento.

-          Esta lectura popular de la Biblia es profundamente ecuménica, alejada de los fundamentalismos reductores. Eso es posible porque es una lectura por la defensa radical de la vida, iluminándose por la fe y el Dios de la vida.

-          Las CEBs recuperan el sentido pleno de la Biblia: literal, histórico y espiritual, porque sus vivencias abarcan todos los aspectos de la vida humana, sus fracasos, sus alegrías, sus sueños y sus retos.



CONCLUSIÓN: Sofonías 3,12

-          “Dejaré subsistir en medio de ti un Pueblo humilde y pobre que confiará siempre en Dios”.

-          Ese Pueblo humilde y pobre somos nosotros, el Pueblo de las CEBs, la Iglesia de los pobres.






Anexo :  TÍTULOS  DEL  LIBRO  DE  JOSÉ  MARINS

‘Hasta los confines de la tierra: Las primeras comunidades cristianas’ (Paulinas, 2004)



  1. ¿Quiénes somos y por dónde iremos? Capítulo 1. Resumen: página 52.
  2. El ambiente de las primeras Iglesias: Capítulo 2 (página 53). Resumen: página 109.
  3. Jerusalén es la Iglesia madre: Capítulo 3 (página 111). Resumen: página 154.
  4. La novedad de los extranjeros en Cesárea Marítima: Capítulo 4 (página 157). Resumen: página 182,
  5. Damasco en Siria: Pablo, de perseguidor se hace discípulos: Capítulo 5 (página 183). Resumen: página 196.
  6. Antioquia en Siria: Otro modelo de Iglesia: Capítulo 6 (página 197). Resumen: página 229.
  7. Las misiones: Cruzando fronteras hacia Chipre y Asia menor (1º viaje misionero, años 43 al 45. Hechos 13,4-14 y 2 Timoteo 3,11): Capítulo 7 (página 231). Resumen: página 258.
  8. De Asia a Europa: 2º viaje misionero en Galicia y Grecia (Años 59 al 62. Hechos 15,36 y 1,23): Capítulo 8 (página 260). Resumen: página 309.
  9. Roma: La misión no termina (Años 52 al 58. Hechos 18,23 y 21,16): Capítulo 9 (página 313). Resumen: página 342.
  10. La Galilea de ‘los Gentiles’: Proyecto teológico-pastoral. Capítulo 10. Resumen: 355.
  11. Hasta los confines del mundo conocido: España en Europa, África del norte, Asia menor y oriental (Turquía, Persa e India). Capítulo 11 (página 357). Resumen: página 382.
  12. Los equipos misioneros: Compañeros/as y apoyos en la evangelización. Capítulo 12 (página 384). Dinámicas sobre ‘las Iglesias’ (página 414) y ‘los 1º equipos y colaboradores’ (página 417).
  13. Aspectos sobresalientes: Las 1ª comunidades, Los modelos comunitarios, Hoy construir en el desierto. Capítulo 13 (página 419).