LAS TRES ‘ P
’ DEL PAPA EN
BOLONIA :
“ PALABRA, PAN Y POBRES ”… PERO, “ EN
COMUNIDAD ”.
Encuentro
Nacional de CEBs, Nueva Loja. PR, octubre de 2017.
Bien pueden ser para nuestras CEBs
los compromisos a llevar adelante: “Palabra,
pan y pobres… pero en comunidad”. Así fueron las palabras del papa: "Tres puntos de referencia: las
tres P:
-
El
primero es la Palabra, que es la brújula para caminar.
-
La
segunda ’P’ es el Pan eucarístico, donde todo comienza. La Iglesia nace y vive
en torno a la eucaristía.
-
La
tercera ‘P’ son los Pobres. De la eucaristía a los pobres vamos a encontrar a
Jesús.
La palabra, el pan y los pobres: Que no olvidemos
jamás estos alimentos básicos, que sostienen nuestro camino".
A. ‘LA PALABRA ES LA BRÚJULA PARA
CAMINAR’… pero ‘en comunidad’.
Varias
‘Palabras’ tenemos a nuestra disposición para orientarnos en el camino del Reino.
1.
Está la Palabra de Dios
-
Es
la que primero nos hizo despertar. ¡Cuántas veces hemos
hecho esta experiencia! “Antes éramos ciegos, sordos y mudos. Con la Palabra de
Dios hemos aprendido a ver, escuchar y hablar”.
-
Esta
Palabra de Dios hay que leerla individual y colectivamente:
escucharla, meditarla, compartirla, ponerla en práctica.
2.
Está la Palabra del Magisterio
-
El
magisterio es la palabra de nuestra jerarquía, ayer y hoy, aquí en
América Latina y allá en Roma. Pensemos en el Concilio Vaticano 2° (Roma,
1962-65) y su mayor documento pastoral: “Alegría y Esperanzas”.
-
En
sus reuniones
latinoamericanas (Medellín, Colombia, 1968; Puebla, México, 1979; Santo
Domingo, República Dominicana, 1992 y Aparecida, Brasil, 2007), nuestros
obispos nos confirmaron el camino de las CEBs y de la Iglesia de los pobres.
-
Actualmente
el papa
Francisco, “venido (a Roma) de los confines de la tierra”, es decir, de
nuestro continente, es nuestra voz y nuestra brújula.
3.
Está la Palabra de los Profetas
de hoy
-
Tenemos
los grandes
profetas de América Latina. Nombremos a los obispos Helder Cámara de
Brasil, Oscar Romero de El Salvador, Leonidas Proaño de Ecuador…
-
Tenemos
también a los grandes teólogos de la liberación: Gustavo Gutiérrez de Perú,
José Comblin y Leonardo Boff de Brasil… que nos acompañaron a lo largo de estos
50 años. En nuestros distintos países nuevos teólogos retoman la posta.
-
Por
nuestros bautismo todos somos ‘profetas’ y nuestras CEBs son unas profecías
vivientes, ‘cartas vivas’, como lo escribió san Pablo.
Conclusión: Juntos, en Comunidades, como
Iglesia no nos podemos equivocar.
B. EL PAN COMPARTIDO ES NUESTRO
ALIMENTO… pero ‘en comunidad’.
Muchos panes tenemos que
compartir para alimentarnos y no
desmayar en el camino del Reino. Los primeros cristianos llamaban la Eucaristía
‘fracción del pan’ y la realizaban en las casas.
1.
Está el pan de la mesa
-
‘Danos
hoy nuestro pan de cada día’: es la petición del Padrenuestro para que nos
preocupemos que todas y todos tengamos pan, pan material para saciar
el hambre. Por eso la petición del Padrenuestro es una petición
comunitaria para un compromiso colectivo.
-
“Lo
importante no es tanto saber de dónde viene el hombre, sino de
dónde viene el hambre”… El compartir del pan y de los bienes fue el
gran signo de las primeras comunidades cristianas.
2.
Está el pan de la amistad
-
En
definitiva el pan compartido es el gran símbolo de la amistad. “No les llama
servidores sino amigos porque les di a conocer todo lo que me enseño mi Padre”.
-
“Sin
amigos no se puede vivir”. Tenemos amistades en la medida de nuestro compartir.
“Con ese maldito dinero háganse amigos” ¿Es cierta para nosotros esta palabra
de Jesús?
Conclusión: El pan compartido es el signo de
los seguidores de Jesús, pero ‘en comunidades’, es decir, un compartir
organizado.
3.
Está el pan Eucarístico
a) El pan eucarístico es el cuerpo
de Cristo
-
‘Eucaristía’
quiere decir ‘acción de gracias’. En la Eucaristía damos gracias por haber
sido Jesús el pan entregado en solidaridad extrema con los pobres.
-
“El
Evangelio es el libro donde mucho se come”: las comidas son las ‘Buenas
Noticias’ de Jesús, venido para unirnos, reunirnos, alimentarnos,
fraternizar sin fronteras.
-
"Si
compartimos el pan del cielo, ¿cómo no vamos a compartir el pan de la
tierra?" La misa no se entiende sin el compartir material y amistoso en la
vida cotidiana.
b) ¿Y la adoración del Santísimo?
-
Es
la devoción a la eucaristía para fortalecer nuestra comunión con
Jesús y nuestro compartir fraterno. Los dos van siempre juntos. La vida se hace
pan consagrado y el pan consagrado se hace solidaridad eficaz: no se los puede
separar.
-
Es
fácil hincarnos delante del cuerpo de Jesús expuesto en el altar… pero somos
unos hipócritas si no sabemos hincarnos delante de los pobres y
necesitados para hacernos sus servidores: ellos son el mismo ‘cuerpo’ de Jesús
vivo entre nosotros. Es decir, somos servidores del pan compartido en el altar
y en la calle, que quita el hambre de pan, de amistad y de Dios.
c) El pan eucarístico es la
celebración del Reino…
-
La
misa o Eucaristía no es primero una devoción personal ni individual ni
espiritual, sino la celebración colectiva y la consagración de la fraternidad
alcanzada, o sea, del Reino.
-
La
misa es la celebración del Reino que construimos personalmente y en
comunidades. El Reino se construye en el día a día y se materializa en el pan
eucarístico de la misa. La misa se nutre del Reino y el Reino se
nutre de la misa.
Conclusión: El pan eucarístico nos convoca
tanto en las iglesias como en los caminos de la vida para reconocer a Jesús
vivo entre nosotros. Su presencia es a la vez individual en el altar y
colectiva y la vida cotidiana.
C. LOS POBRES SON EL CUERPO DE
JESÚS
“Vengan, ¡bendecidos por mi
Padre!, porque tuve hambre y me dieron de comer, tenía sed y me dieron de
beber, era desnudo y me vistieron, enfermo y me visitaron, encarcelado y me
vinieron a ver”. Según las palabras del mismo Jesús, los pobres son su cuerpo sufriente y liberador.
1.
Los pobres son el cuerpo
sufriente de Jesús
-
Los
pobres
somos los que compartimos la Palabra, el Pan y la Solidaridad con los pobres.
-
“La globalización hace emerger,
en nuestros pueblos, nuevos rostros de
pobres. Con especial atención y en continuidad con las Conferencias
Generales anteriores, fijamos nuestra mirada en los rostros de los nuevos
excluidos” (Aparecida 402). “La
situación de extrema pobreza generalizada, adquiere en la vida real rostros muy
concretos en los que deberíamos reconocer los rasgos sufrientes de Cristo, el
Señor, que nos cuestiona e interpela” (Puebla 31).
-
Decía
san Pablo: “Completo en mi carne la pasión de Jesús”. Jesús continúa de
sufrir y morir hoy en la pasión y la muerte de los pobres.
-
“Bajar
a los pobres de la cruz”. La tarea, ayer en el cerro del Gólgota en Jerusalén,
de José de Arimatea de bajar a Jesús de la cruz es hoy nuestra tarea: Tenemos
que bajar a los pobres de la cruz, cuerpo actual de Jesús, para que, a
imagen de Jesús ayer, estos pobres puedan resucitar.
2.
Los pobres son el cuerpo
liberador de Jesús
-
El
siervo sufriente del profeta Isaías (52,13-53,12) son por una parte, anteayer, el
pueblo sufrido del exilio en Babilonia y, por otra, ayer, el
mismo Jesús. Hoy los pobres son el cuerpo de Jesús,
este mismo servido sufriente del profeta Isaías.
-
Pero
notemos que para Isaías, este servidor sufriente es liberador ayer y hoy: “El
Justo, mi servidor, hará una multitud de justos” (53,11). Jesús continúa hoy su
tarea liberación y salvación a través de los pobres, a través de nosotros:
somos el cuerpo liberador y resucitado de Jesús.
CONCLUSIÓN: El Reino es de los
pobres… pero ‘en comunidad’.
-
Las
CEBs somos este cuerpo sufriente, liberador y resucitado de Jesús: "La
Iglesia es de todos y especialmente de los pobres". Las CEBs somos
esta Iglesia de los Pobres.
-
De
estos pobres es el Reino de Dios: “¡Felices los pobres (como escribió
Lucas)! ¡Felices los que tienen el espíritu de los pobres (como
escribió Mateo)! Porque de ustedes es el Reino de Dios”.
-
Acaba
de decir el papa Francisco a la organización católica ‘Cáritas’: "Los
pobres, los mendigos, son los protagonistas de la Historia,
preparan la revolución de la bondad". Los pobres nos salvan si les
ayudamos a dejar de ser pobres, hambrientos, sedientos, desnudos, enfermos y
encarcelados.
-
Entremos
en comunidades en esta triple dinámica de compartir la Palabra, el Pan y la
Solidaridad con los Pobres. Eso es nuestra misión y nuestra salvación.
Eso es el Reino, “lo único absoluto” (papa Pablo 6°, 1975).
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